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Entre la luz y el silencio
Lo que choca en el trabajo de Jean Serge Seiler es el ambiente particular de sus obras y los colores, aparentemente restringidos que él utiliza. Su pintura es paradójica ya que no cesa de confrontar formas nítidas, fácilmente identificables, con una atmósfera nebulosa e imprecisa. Salidos del género paisajista pero dentro de un concepto depurado de toda connotación anecdótica (nunca no se observan personajes ni "pequeños bañistas" en sus cuadros) su arte une sin descanso a la tierra, el cielo y el agua. Los contrastes entre sombra y luz presentes en su obra son especialmente marcados. Respecto al blanco, que Michel Serres interpreta como "la indeterminación", ofrece, según las propias palabras del pintor, un espacio de libertad a la imaginación, abriendo especialmente la mirada a las realidades interiores. Si pretender jugar con las palabras, el vacío puede ser también la plenitud, noción que los artistas orientales manejan con excepcional sagacidad.
Luis Porquet, Crítico de arte